ANUKA ERES UNA AMIGA

He copiado literalmente todo lo que ha escrito ANUKA, en su blog,    El  Rincón de  Anuka,   relacionado con la imprevista broma, para saber si realmente es la fierecilla que ella dice ser, cuando atiende a alguna de sus perlas telefónicas.

Inocente, Inocente

Ayer, mi querido amigo Juan (caracoles), a la que pasaba por Murcia, me llamó y me invitó a cenar por su santo, invitación que acepté con mucho gusto porque su compañía siempre resulta muy grata.

Llegamos al restaurante y la maitre nos colocó en una mesita para dos, en un pasillito que salía del comedor central, donde se estaba muy fresquito y muy a gusto, la verdad. Hasta aquí, todo en orden.

La chica se acercó a nosotros y nos preguntó qué queríamos beber. Juan le pregunta su nombre y ella, un poco extrañada, pero muy amablemente, le responde que María Elena, a lo que Juan añade si nadie le ha dicho que está muy buena. Abro los ojos como platos y no puedo evitar exclamar ¡¡¡Juan!!!

Cuando la chica se retira, le comento a Juan que me parecía que se había pasado dos pueblos, la verdad es que me sorprendió bastante esta actitud en él, que es una persona de lo más correcta y educada que conozco, también bromista y dicharachero, aunque en esta ocasión encontré el comentario absolutamente fuera de lugar.
Cada vez que Mª Elena nos servía algún plato, con una profesionalidad digna de mención, los comentarios de Juan me iban resultando más incómodos, la verdad es que la situación empezaba a violentarme un poco y a resultarme al mismo tiempo, muy extraño el comportamiento de Juan.

Le comentaba yo que la chica tenía un "aguante" increíble, porque de ser yo, con la mala leche que me caracteriza, lo hubiera mandado a la mierda al primer comentario y ella, sin embargo, estaba "lidiando" el toro con gran destreza.

Como dicen ahora los modernos, yo estaba flipando en colores ante comentarios tan disparatados tales como una invitación por parte de Juan a Mª Elena para comer en su casa el sábado con un nutrido grupo de amigos, como el ofrecimiento de una sandía que llevaba en el maletero de su coche y que requería que ella le acompañara para elegirla, como preguntarle descaradamente por su estado civil, etc., etc., etc.

En una de las ocasiones en que había que reponer la bebida, acudió el dueño del local que con mucha discreción nos comentó que Mª Elena estaba bastante contrariada por lo impertinente de los comentarios de Juan. Este le pidió que le disculpara, que no había sido su intención molestarla ni incomodarla en ningún momento y blá, blá, blá...

Un poco tarde (pensé yo en voz alta), pero bueno, parecía que los postres al menos, iban a transcurrir sin más sobresaltos porque la verdad, ya tenía yo el estómago pelín pinzado de la tensión con lo bueno que estaba todo lo que nos pusieron. Pero... ¡mi gozo en un pozo! No se le ocurre a Juan otra cosa al pasar por allí cerca Mª Elena, que decirle que no le gustaría marcharse de allí sin darle un beso (¡glub, tierra, trágame!) y hacerse una foto con ella (le da la ostia fijo, vamos si se la da, no me lo pierdo) Ante la insistencia y yo creo ya que por desesperación y las ganas que la chica tenía de que desapareciéramos de allí, accedió al posado.

Cuando ya estaba yo para tomar la foto (y un camino), ante la actitud de Juan de juntar su cara con la de Mª Elena de manera que no corriera el aire (vosotros ya me entendeis) y ante el rechazo de ella, aparece en escena de nuevo, el dueño del local que ante lo que ven sus ojos pregunta si tiene que intervenir...

Os podeis imaginar mi cara y mi voz, que casi no salía del cuerpo, tratando de decirle a este señor que no ocurría nada, que estaba todo el órden (cosa que no me creía ni yo, claro está). Yo pensaba que de ésta, Juan no le libraba, fijo que de allí no salía sin un buen mandoble, merecido, hay que decirlo.

Lo que no sabíamos era por parte de quién, si de Mª Elena o mía, porque una vez hecha la foto al segundo intento, ¡cómo estaría mi temple para hacer una foto desenfocada! Juan, coge su último libro "Cuchara y Botella", que estaba primorosamente expuesto entre caldos sobre un aparador, lo abre y me pregunta si conozco a una señora que allí aparecía. Miro la foto, miro a María Elena, vuelvo a mirar la foto...

¡¡¡¿¿¿Os habeis estado quedando conmigo toda la noche???!!!... Os podeis imaginar cómo me sentí, estuve toda la cena haciendo el canelo y lo peor de todo, la cena me sentó regular.

Resultó ser un montaje que nada tuvo que envidiar a la mejor de las "quedadas" de "Inocente, Inocente". ¡¡¡Yo!!!, que pensaba que cómo podía la gente caer en esas bromas elaboradas y surrealistas, que cómo se podía ser tan pringaíllo...

Y resultó que María Elena, experta sommelier, Juan, experto liante y hasta el otro Juan, dueño del restaurante y al que agradezco que nos invitara, estaban compinchados para hacerme pasar uno de los ratos más violentos que recuerdo y del que todavía ando esta mañana partiéndome de risa. Sólo faltó que por la puerta entrara un tipo guapísimo con un ramo de flores, cantándome aquello de "inocente, inocente"

Qué cara no me vería María Elena, que nos sirvió una infusión de la casa, que según me dijo, relajaba un montón. Y efectivamente, así fue. Una mezcla en la justa medida de menta-poleo, tila y leche, ¡exquisita!

Para muestra, aquí quedan estas fotos para que veais la efusividad de Juan y la cara de póker que se me quedó (¡qué horror!)

Tengo que decirlo, ¡¡iros a la mierda!!

MIRA SI ESTARIA NERVIOSA ANUKA, QUE ESTA ES LA PRIMERA FOTO QUE NOS HIZO A MARIA ELENA Y A MI.

Anoche quedó demostrado que tiene más paciencia de lo que dice tener, cuando no me dio una paliza.(Es un ángel)y tiene un gran corazón.

La verdad es que yo a Mª Elena no le tenia miedo por que estaba compinchada con migo al igual que al dueño del Restaurante la Fontana, pero había que ver, los gestos de ANUKA, cuando yo le tiraba los tejos a Mª Elena y muy especialmente cuando invité a Mª Elena a comer arroz con conejo y caracoles a lo que Anuka añadió LO HACE MUY BUENO y Mª Elena dijo   ME ENCANTAN LOS CARACOLES y yo contesté y a mi el conejo, pero esto último con ironía.ANUKA quería que la tierra se la tragara.

Había que ver que ver los cambios de cara de ANUKA a cada palabra que yo le decía a Mª ELENA.

PERDONA POR LA BROMA QUERIDA AMIGA ANUKA, ERES UN ANGEL.